Hijos de otros, hijos de nadie

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Hijos de otros, hijos de nadie

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Hijos de otros, hijos de nadie
Muchos padres ceden la tarea de criar y no protegen la salud ni velan por el desarrollo académico del menor

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La escuela puertorriqueña se ha visto obligada a compartir la energía que debe
invertir en enseñar con asumir la responsabilidad paterna y materna de criar.


La iniciativa del gobernador Alejandro García Padilla para exigir la participación de los padres y madres en la educación de sus hijos busca solucionar apenas uno de los síntomas de un grave problema social en Puerto Rico: el dejar en manos de otros la crianza de los vástagos.

La escuela puertorriqueña se ha visto obligada a compartir la energía que debe invertir en la de por sí retante misión de enseñar, con el asumir la responsabilidad paterna y materna de proteger, velar por el aprendizaje e impartir valores y disciplina constructiva a los niños y adolescentes.

La realidad es que, cuando los hijos no están en la escuela, la calle y hasta el último aparato electrónico se convierten en sus padres. De ahí que muchos progenitores se hayan desentendido de algo tan básico como velar por el aprendizaje de sus hijos.

“Ni los padres, ni las madres, ni los custodios han llevado bien la responsabilidad de la crianza de sus hijos. Estamos ante una situación delicada y seria porque estamos dejando en manos de otros o de nadie el cuidado, la protección y el aprendizaje de los niños. Los menores no tienen a nadie que los proteja, esa es la responsabilidad que tenemos los padres y la madres, y cuando no cumplimos con esa responsabilidad, se afecta, no solo el futuro del niño, sino el futuro de todo el país”, señaló la secretaria del Departamento de la Familia, Idalia Colón.

Las estadísticas de maltrato confirman esta apreciación, indicó la funcionaria. El 52 por ciento de las querellas que recibe la agencia cada mes están relacionadas a casos de negligencia. Los resultados de las querellas investigadas por trabajadores sociales, confirman esa tendencia, pues alrededor de la mitad de los casos trata de adultos que no satisfacen adecuadamente las necesidades de alimento, albergue, educación o atención médica, entre otras, de un menor, aseguró Colón.

“Cuando vemos que los hijos y las hijas no están recibiendo ni los cuidados, ni el amor, ni la protección adecuada, tendremos un problema social en el futuro”, sostuvo Colón.

La falta de apoyo de los padres o un encargado provoca efectos negativos no tan solo en el aprovechamiento académico de los menores, sino también en su desarrollo físico y emocional. Incurrir en conductas de riesgo, particularmente durante la adolescencia, cometer actos delictivos, y abandonar la escuela son algunos de los efectos de la escasa supervisión durante la crianza, expresó la sicóloga escolar Nellie Zambrana.

Estudios internacionales revelan que la interacción entre hijos y padres no siempre es la mejor, señaló el sicólogo e investigador de la Universidad de Puerto Rico, Carlos Rubén Carrasquillo. “La televisión y la tecnología ocupan e 60 por ciento del tiempo libre de los niños y jóvenes de esta generación, solo el 40 por ciento se dedica a relaciones familiares y en muchas de esas relaciones hay mucha hostilidad”, indicó.

Problema general

Las raíces del fenómeno de muchos niños se críen solos son complejas y no siempre se ven a simple vista. La mayor parte de los referidos que llegan a Familia se refieren a hogares de clase baja, en su mayoría encabezadas por un solo progenitor, señaló la secretaria.

“Pero cuando hablamos de negligencia y maltrato, hay familias de todos los niveles sociales que no se ocupan de sus hijos o delegan esa responsabilidad de la maternidad y la paternidad a otras personas. En los grupos más pobres, la situación es más visible, pero entre la clase alta también se dan los casos que cuando los padres miran bien, sus hijos están involucrados en la mala toma de decisiones”, reconoció Colón.

El cambio cultural que permitió que, de una sociedad en la que los padres, la familia extendida y los vecinos velaban por el bienestar de los niños, diera paso a un país donde solo uno o dos progenitores deben balancear la crianza de los menores con presiones sociales y económicas se dio a partir de la década de 1950, con el fenómeno del urbanismo, apuntó la sicóloga social comunitaria María de Lourdes Lara.

La oleada de mudanzas de familias del campo a la ciudad, de cascos urbanos a urbanizaciones, provocó que se rompieran los lazos de responsabilidad entre las familias extendidas y la relación entre los vecinos pasará de ser de una casi familiar a una interacción mínima y puramente social, explicó Lara.

La situación se complicó aún más con la entrada en escena del Estado benefactor, aseguró la sicóloga, ese sistema donde el gobierno suple todas las necesidades de alimentación y albergue de un segmento de la población. Asimismo, a través de legislación, el gobierno pasó a intervenir en diversas facetas de las relaciones humanas, añadió.

“Con el fenómeno del urbanismo y el Estado benefactor, es el gobierno quien se encarga de todo. De momento, nadie tiene las competencias para educar a los niños, no saben cómo hacerlo, y existe un temor de cometer errores porque el Estado puede entrar y quitarte a los niños. Así que surge un estancamiento, todo el mundo debe tener la responsabilidad, pero nadie sabe a quién le toca criar a los niños”, explicó Lara.

La falta de destrezas en paternidad o maternidad responsable es una de las principales razones detrás de este abandono de facto, reconoció Colón.

“Cuando nosotros intervenimos nos topamos con que esos padres y madres tuvieron sus hijos a muy temprana edad. En ocasiones el padre está ausente completamente y la mujer está cargando sola con la crianza de sus hijos. Si ellos no tienen las destrezas y seguimos sin darle esos recursos, esto no se va a solucionar”, dijo la secretaria de la Familia.

La otra cara de la moneda

Eliam Arroyo Quirós es madre de dos niñas pequeñas, una de segundo grado y la otra de tercero. Trabaja a tiempo completo y es madre soltera, pero siempre se asegura de estar presente en cada reunión con los maestros y en cada actividad escolar en la que sus pequeñas hayan decidido participar.

Las niñas llegan a la escuela en guagua escolar, pero Arroyo Quirós se encarga de llevarlas a la parada todas las mañanas y no se aleja del lugar hasta que las niñas están seguras en el vehículo. Por las tardes ella no puede recogerlas, pero una tía las espera y esta madre las recoje una hora después para llevarlas a la casa y empezar la rutina de tareas que hará que las pequeñas estén en la cama antes para las 8:00 p.m.

“Siempre trato de hacer los arreglos para estar con ellas y eso les ayuda a crear confianza. Ellas siempre participan en las actividades y tienen buenas notas, están en el cuadro de honor”, relató Arroyo Quirós.

Aunque por varios años fuera del salón de clases, esta maestra lamenta los efectos que la falta de atención de los adultos tiene en el desarrollo del menor. “Uno nota la diferencia en la sala de clases, cuando mamá y papá están presentes el niño se siente a apoyado. Muchas veces el mismo niño te lo expresa, que a los papás no le importa lo que ellos hagan, y puedo decir que la mayoría de los problemas emocionales y sicológicos de este país se deben a eso, a que papi o mami no estuvieron ahí”, aseguró Arroyo Quirós.

Para lograr un crianza adecuada, los entrevistados reconocieron que es necesaria la intervención de agencias y entidades que den a los padres las herramientas que los capaciten.

Ante esto, el Departamento de la Familia iniciará este mes un proyecto piloto en cinco comunidades con factores de riesgo -como altos niveles de pobreza, deserción escolar, maltrato de menores y embarazos adolescentes- para evaluar cuáles servicios necesitan.

Las cinco comunidades impactadas por el programa “Redes de apoyo familiar y convivencia comunitaria” son el barrió El Maní de Mayagüez, La Vegas en Cayey, las parcelas Martínez en Humacao, las parcelas Ramón T. Colón en Trujillo Alto, el barrio Beatriz en Caguas y la isla municipio de Vieques.

“En la medida que, como país, podamos inculcar la responsabilidad materna y paterna, podremos solucionar otros problemas sociales”, destacó Colón.\

Credito: Keila López Alicea/Endi.com


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